Inés de Suárez

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Inés Suárez (Suarez)

Also Known As: "the Conquistadora"
Birthdate:
Birthplace: Plasencia, Cáceres, Extremadura, Spain
Death: 1580 (72-73)
Santiago de Chile
Immediate Family:

Daughter of Duarte Xuarez (Suares) Pacheco and Esther Abravanel
Wife of Juan de Málaga and Rodrigo de Quiroga y López de Ulloa, Gobernador de Chile
Partner of Pedro de Valdivia, Conquistador de Chile
Mother of Isabel de Quiroga
Sister of Inés Echeverría

Occupation: Conquistadora y Militar española
Managed by: Carlos F. Bunge
Last Updated:

About Inés de Suárez

https://www.cristiancofre.cl/post/in%C3%A9s-de-su%C3%A1rez-no-exist...


Fue una mujer española reconocída en el período de la conquista americana del sur del Arauco y compañera del conquistador Pedro de Valdivia.

Inés Suárez nació en Plasencia, España. Su casa natal está muy cerca de la Catedral Vieja.

Su abuelo fue artesano ebanista muy cercano a los clérigos católicos de la cofradía de la Veracruz. Su madre, quien le enseñó el oficio de costurera, pertenecía al vulgo del pueblo. Tuvo una hermana llamada Asunción. Se desconocen mayores antecedentes de su padre.

En 1526, a la edad de 19 años, conoció a quien sería su primer marido, Juan de Málaga, un español aventurero. Contrajo matrimonio años después, gracias a las influencias de su abuelo, ya que Juan de Málaga era aventurero por naturaleza. De esta unión no nacieron hijos pues Inés de Suárez era estéril.

Entre 1527 y 1528, Juan, su marido, se embarcó con destino a Panamá e Inés quedó en España esperándole. Pasaron los años y sólo recibió noticias de él desde Venezuela. En 1537, consiguió licencia real y se embarcó hacia las Indias en busca de su marido.

En 1537, cuando contaba con algo menos de 30 años de edad, llegó a América en la búsqueda de su esposo, del que sólo tuvo información con motivo de su muerte en Batalla de las Salinas.

Como compensación por ser viuda de un soldado español, recibió más tarde una pequeña extensión de tierra en Cuzco, donde se instaló, así como una encomienda de indígenas.

En Cuzco conoció a Pedro de Valdivia, maestro de campo de Pizarro y posterior conquistador de Chile, recién vuelto tras la Batalla de las Salinas (1538). Entre ambos se forjó una estrecha relación que finalmente los llevó a ser amantes. No se han hallado evidencias de que llegasen a conocerse antes de 1538.

A finales de 1539, decidió marchar junto a Pedro de Valdivia en su expedición a las tierras de Chile. Para ello Valdivia solicitó autorización para ser acompañado por Inés, la que Francisco Pizarro concedió mediante carta, aceptando que la mujer le asistiese como sirviente doméstico, pues de otro modo la Iglesia hubiese objetado a la pareja.

En el viaje, Inés prestó diversos servicios a la expedición por lo que fue considerada entre sus compañeros de viaje, según Tomás Thayer Ojeda, como "una mujer de extraordinario arrojo y lealtad, discreta, sensata y bondadosa, y disfrutaba de una gran estima entre los conquistadores".

A los once meses de viaje (diciembre de 1540), la expedición arriba al valle del río Mapocho, donde fundaron la capital del territorio con el nombre de Santiago de Nueva Extremadura. Este valle era extenso, fértil y con abundante agua potable; pero ante la hostilidad de los naturales la base de la ciudad se estableció entre dos colinas que facilitaban disponer posiciones defensivas, contando con el río Mapocho a modo de barrera natural.

Poco después de establecer un asentamiento en el lugar, Valvidia envió una embajada con regalos a los caciques locales con el propósito de demostrar su deseo de paz. Éstos, aunque aceptaron los presentes, lanzaron un ataque contra los españoles, con el cacique Michimalonco como líder. A punto de derrotar a los españoles, los indígenas de pronto abandonaron las armas y huyeron en estampida, logrando ser capturados algunos de ellos. Posteriormente los cautivos declararían haber visto "a un hombre montado sobre un caballo blanco que, empuñando una espada, bajó de las nubes y se abalanzó sobre ellos", siendo esta misteriosa aparición la que provocó su huida. Los cristianos consideraron que la milagrosa aparición no era sino Santiago, por lo que, en señal de agradecimiento, dieron el nombre de Santiago del Nuevo Extremo a la recién fundada ciudad con fecha 12 de febrero de 1541.

El 9 de septiembre de 1541, Valdivia y un regimiento de cuarenta hombres abandonaron la ciudad para sofocar una rebelión de los indígenas cerca de Cachapoal. Apenas llegada la mañana del día siguiente, una joven yanacona volvió con la noticia de que los bosques periféricos al asentamiento se encontraban llenos de indios hostiles. Al preguntar a Inés si consideraba que siete caciques que se encontraban prisioneros debían ser liberados en señal de paz, ella lo consideró como una mala idea ya que, en caso de ataque, los líderes recluidos serían su única posibilidad de pactar una tregua. El capitán Alonso de Monroy, a quien Valdivia había dejado el mando de la ciudad, consideró acertada la suposición de Suárez y decidió convocar un consejo de guerra.

Antes del alba del 11 de septiembre, jinetes españoles salieron de la ciudad para enfrentarse a los indígenas, cuyo número en un principio se valoraba en 8.000 hombres, y posteriormente 20.000: pese a contar los españoles con caballería y mejores armas, los indígenas eran una fuerza superior, y al anochecer lograron que el ejército rival se batiese en retirada cruzando el río hacia el este, refugiándose de nuevo en la plaza. Entre tanto, los indígenas, lanzando flechas incendiarias, lograron prender fuego a buena parte de la ciudad, dando muerte a cuatro cristianos y varios animales. Tan desesperada parecía la situación que el sacerdote local, Rodrigo González Marmolejo, afirmó que la batalla era como el Día del Juicio y que tan sólo un milagro podía salvarlos.

Durante el ataque, la labor de Inés había consistido en atender a heridos y desfallecidos, curando sus heridas y aliviando su desesperanza con palabras de ánimo, además de llevar agua y víveres a los luchadores; ayudando incluso a montar a caballo a un jinete cuyas serias lesiones le impedían hacerlo solo. Pero aún tendría que desempeñar un papel decisivo en la lucha: viendo en la muerte de los siete caciques la única esperanza de salvación para los españoles, Inés propuso decapitarlos y arrojar sus cabezas entre los indígenas para causar el pánico entre ellos. Muchos hombres daban por inevitable la derrota y se opusieron al plan, argumentando que mantener con vida a los líderes indígenas era su única baza para sobrevivir, pero Inés insitió en continuar adelante con el plan: se encaminó a la vivienda en que se hallaban los cabecillas, y que protegían Francisco Rubio y Hernando de la Torre, dándoles la orden de ejecución. Testigos del suceso narran que de la Torre, al preguntar la manera en que debían recibir muerte los prisioneros, recibió por toda respuesta de Inés "De esta manera", tomando la espada del guardia y decapitando ella misma al primero de los caciques.

Afirma un testimonio que "(...) salió a la plaza y se dispuso frente a los soldados, enardeciendo sus ánimos con palabras de tan exaltadas alabanzas que la trataron como si fuese un valiente capitán, y no una mujer disfrazada de soldado con cota de hierro". Avivado el coraje de los españoles, éstos aprovecharon el desorden y la confusión causada entre los indígenas al topar con las cabezas decapitadas de sus caciques, logrando poner en fuga a los atacantes. La acción de Inés en esta batalla sería reconocida tres años después (1544) por Valdivia, quien la recompensó concediéndole una condecoración.

Cuestionamiento de la unión ilegítima de Valdivia (No Confirmado)

A la luz de los hechos posteriores es indiscutible que la unión de más de 10 años entre Pedro de Valdivia e Inés de Suárez no era bien vista entre algunos vecinos de marcado fervor religioso, hecho que se sumaba a otras críticas hacia el gobernador.

Valdivia sale hacia el Perú en 1548 junto a Gerónimo de Alderete a buscar ayuda y afianzamiento como gobernador ante el representante de la corona en el Perú. Se entrevista con Pedro de la Gasca, quien después de probar su fidelidad y gracias a la intervención del mismo Valdivia en la batalla de Xaquixahuara que derrota a Gonzalo Pizarro, se gana su estima y lo reconoce como gobernador del Reino de Chile, fijando sus límites y permitiéndole apertrecharse.

No obstante, la llegada de vecinos enemistados con Valdivia desde Chile provoca un juicio de residencia a Pedro de Valdivia quien ya había tomado el camino del sur, y tiene que volver desde Arequipa a enfrentarse a los cargos en su contra, entre ellos la unión ilégitima con Inés de Suárez.

El Virrey Pedro de la Gasca, después de escuchados los alegatos, lo exonera de todos los cargos, excepto en lo relacionado con Inés de Suárez.

De la Gasca ordena imperativamente a Pedro de Valdivia terminar su relación con Inés de Suárez ordenándole casarla con un vecino de su elección, recomendándole seguir las directivas de la iglesia respecto de su legítimo matrimonio, con doña Marina Ortiz de Gaete; El Virrrey, como sacerdote, no podía hacer la vista gorda ante una relación extramarital pública y notoria.

Ante esto, Valdivia promete su palabra de caballero de dar cumplimiento cabal a la sentencia dictada y a traer a su esposa al continente americano.

Valdivia cumple la sentencia de De la Gasca

Después de volver Valdivia del Perú en 1549, acata lo acordado con la sentencia de De la Gasca, y arregla el matrimonio de Suárez con uno de sus mejores capitanes, don Rodrigo de Quiroga. Para entonces tenía ella 42 años.

Valdivia ordena a Gerónimo de Alderete entre otras cosas regresar a España y traer de vuelta a doña Marina Ortíz de Gaete, su legítima esposa, a la que nunca llegaría a ver.

Últimos años

Tras casarse, Inés se caracterizó por llevar una vida tranquila y religiosa. Junto a su marido, quien fue persona principal en Chile, contribuyó a la construcción del templo de la Merced y de la ermita de Monserrat, en Santiago.

No tuvieron hijos y Quiroga tuvo una hija natural en forma extramarital. (Además del hijo de su primer matrimonio que sigue en el árbol, Quiroga era viudo.)

Murió Inés alrededor del año 1580, ya de avanzada edad, el mismo año que murió su marido.

Inés de Suárez en la literatura

En agosto de 2006, la escritora chilena Isabel Allende publica una novela "Inés del Alma Mía" sobre la figura de Inés Suárez.

Otra novela sobre la figura de Inés Suárez es "Ay mamá Inés - Crónica Testimonial 1993", escrita por Jorge Guzmán.

Óperas

El compositor chileno José Guerra estrenó en 1941 su ópera "Inés de Suárez".

Referencias y enlaces externos

K. Nauman, Ann (Southeastern Louisiana University) - Inés de Suárez, Conquistadora, V Congreso de las Américas (Universidad de Américas)

Resumida biografía de Inés Suárez

Grandes Biografías de la Historia de Chile

http://es.wikipedia.org/wiki/In%C3%A9s_del_alma_m%C3%ADa

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Inés de Suárez's Timeline

1507
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Plasencia, Cáceres, Extremadura, Spain
1580
1580
Age 73
Santiago de Chile
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